Cualquier prueba en la que debemos exponer nuestros conocimientos del tipo que sean y ser evaluados, genera ansiedad, pero si ésta supone una respuesta en la que lejos de afrontar y superar, independientemente del resultado, el alumno evita por lo mal que lo pasa, convertimos los exámenes en algo insuperable que genera un sentimiento de culpa cuando no se presenta a ellos de forma repetida y se convierte en una situación real de no avanzar. Para vencer ese miedo intenso que supone tener que hacer el examen y las consecuencias negativas que el alumno anticipa que van a ocurrir puede necesitarse ayuda profesional.